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El Citlaltépetl: Puerta al reino de Quetzalcóatl



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¿Alguna vez te has preguntado por qué el Pico de Orizaba, o Citlaltépetl, es tan venerado en la cultura mexicana? Sumerjámonos en las antiguas leyendas que envuelven a esta majestuosa montaña y descubramos la conexión mística entre el Citlaltépetl y la deidad Quetzalcóatl. ¡Comencemos este viaje al corazón de la mitología mesoamericana!


El Citlaltépetl ha sido considerado una montaña sagrada por diversas culturas prehispánicas, principalmente por los aztecas*y los totonacos*.  Su nombre, Citlaltépetl, proviene del náhuatl: Citlalin - (estrella) y -pétl (montaña, cerro, pico) literalmente traducido como "cerro de la estrella", debido a que su cima nevada refleja la luz de la luna y las estrellas. Durante la conquista española, el volcán fue rebautizado como Pico de Orizaba. Sin embargo, su nombre náhuatl sigue siendo el más utilizado.


*Los aztecas fueron una tribu habitante de la zona de la Tenochtitlán en el centro del Valle de México. Mientras que los totonacos habitaron la región costera del estado de Veracruz y el norte de Puebla.

El Citlaltépetl es un estratovolcán, formado por múltiples capas de lava solidificada, ceniza volcánica y rocas, uno de los pocos volcanes en el mundo con lava congelada en su interior. Se estima que el volcán tiene alrededor de un millón y medio de años. Aunque se considera un volcán activo, su última erupción significativa ocurrió en el siglo XVI, actualmente presenta actividad fumarólica. A lo largo de la historia, ha tenido diversas erupciones, algunas de las cuales han dejado marcas significativas en el paisaje. Es la montaña más alta de México: Con 5,636 metros sobre el nivel del mar, el volcán más alto de Norteamérica y la tercera montaña más alta de todo el continente. Desde el siglo XIX, el volcán ha sido objeto de numerosas expediciones científicas y ascensos, lo que ha permitido conocer más sobre su geología y características. El primer ascenso registrado es el de William F. Raynolds y F. Maynard en 1848 quienes realizaron la primera ascensión documentada al volcán.


La importancia arqueológica del Citlaltépetl 


Radica en su profundo significado cultural para las civilizaciones prehispánicas. Esta montaña, considerada sagrada, era vista como una conexión entre el mundo terrenal y el celestial.


Hallazgos arqueológicos:


Se han descubierto estructuras arquitectónicas en las laderas del volcán que sugieren la existencia de lugares destinados a ceremonias religiosas y observaciones astronómicas. Estos sitios, conocidos como tetzacualcos, eran plataformas cuadrangulares utilizadas para realizar rituales y ofrendas a los dioses.

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En el 2018 se encontró un tetzacualco en la cara oeste del volcán, al cual se identificó como Poyauhtlan (Lugar donde se hacen ligeras las nubes, en náhuatl).

En estos sitios se han encontrado diversos objetos como cerámica, obsidiana y restos óseos, lo que indica que se realizaban ofrendas a los dioses de la lluvia y la fertilidad. Ubicado a 4 mil 230 m.s.n.m, en el lugar se halló cerámica decorada y lítica dispersa, objetos líticos, restos de pizarra, navajillas y puntas de flecha de obsidiana gris, algunas tan intemperizadas que tienen tonalidad blanca y grandes monolitos con restos de talla con temporalidad que oscilaría entre los periodos Clásico (200-700 dC) o Epiclásico (700-900 dC).


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Se cree que el Citlaltépetl también fue utilizado como un observatorio astronómico, ya que su posición estratégica permitía a los antiguos observadores seguir el movimiento de los astros y predecir eventos importantes como solsticios y equinoccios. Al igual que en el Iztaccíhuatl y volcanes cercanos, se han identificado antiguos caminos que conectaban los asentamientos prehispánicos con las zonas altas del volcán, lo que sugiere que estas rutas eran utilizadas para realizar peregrinaciones y ceremonias religiosas.


El Citlaltépetl era un lugar privilegiado para observar los astros. Los sacerdotes y astrónomos prehispánicos estudiaban el movimiento de los planetas y las estrellas para predecir eventos importantes como solsticios y equinoccios, y para orientar sus actividades agrícolas y religiosas. También se realizaban peregrinaciones a la cima del volcán como parte de rituales de iniciación, purificación y búsqueda de visiones; los peregrinos ascendían a la montaña llevando consigo ofrendas y ayunando durante el camino. Estos rituales también tenían una función social, ya que servían para fortalecer los lazos comunitarios y reafirmar la autoridad de los líderes religiosos.


La Leyenda de Quetzalcóatl y el Citlaltépetl:


La leyenda de Quetzalcóatl y el Citlaltépetl es una de las más fascinantes de la mitología mesoamericana. ¿Sabías que este dios está fuertemente ligado a este volcán?


Quetzalcóatl: La Serpiente Emplumada


Antes de conocer la leyenda del volcán, aprendamos un poco de Quetzalcóatl, cuyo nombre en náhuatl significa "serpiente emplumada", era una deidad venerada por diversas civilizaciones mesoamericanas, como los aztecas, mayas y toltecas. Se le consideraba un dios creador, relacionado con el viento, la lluvia, la sabiduría, las artes y la fertilidad.


Su nombre combina la imagen de una serpiente, símbolo de la tierra y la sabiduría, con la de un quetzal, un ave de plumaje resplandeciente que representa la divinidad y los cielos. Se le asociaba con los elementos naturales que dan vida a la tierra, siendo responsable de las estaciones y de las cosechas.


En algunas versiones de los mitos, Quetzalcóatl participa en la creación del mundo y de la humanidad, pero también se le vincula con ciclos de destrucción y renovación. Se le consideraba un maestro de las artes, las ciencias y la filosofía, y se le atribuye la creación del calendario y la escritura.


Quetzalcóatl era visto como uno de los dioses creadores, responsable de dar forma al mundo y a la humanidad. Se le asociaba con la música, la danza, la poesía y la arquitectura. Representa la dualidad inherente a la existencia humana: la materia y el espíritu, la vida y la muerte.

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Quetzalcóatl; La serpiente emplumada



Una de las versiones más conocidas cuenta que Quetzalcóatl, el dios serpiente emplumada, fue un gobernante sabio y justo que enseñó a los pueblos el arte de la agricultura, la escritura y la astronomía. Sin embargo, sus enemigos, celosos de su poder y sabiduría, lo engañaron y lo obligaron a exiliarse.


Según la leyenda, Quetzalcóatl prometió regresar en una fecha específica. Al llegar el día señalado, Quetzalcóatl ascendió al Citlaltépetl, donde se transformó en una estrella brillante (a quien ahora conocemos como Venus). Su ascensión al cielo fue acompañada de una gran erupción volcánica, que algunos interpretan como un signo de su divinidad y su regreso al mundo celestial.


Se cree que el Citlaltépetl era considerado un lugar sagrado donde los dioses descansaban después de un largo viaje. Algunas leyendas hablan de seres míticos que habitan en las cumbres del Citlaltépetl, como duendes o nahuales, que protegen la montaña y sus alrededores.


Al explorar las leyendas y los rituales asociados al Citlaltépetl, nos adentramos en un mundo lleno de simbolismo y espiritualidad. ¿Qué significado tiene esta montaña para ti? ¿Qué te inspira a explorar y conocer más sobre nuestras raíces culturales?"

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